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Durante los últimos años, miles de mujeres y parejas han recurrido a la reproducción asistida para poder lograr su embarazo. Uno de los factores principales es la edad en la que en muchas ocasiones se busca un bebé y que, por desgracia, según avanza es más incompatible con lograr el embarazo de forma natural. Es en este momento cuando muchas pacientes recurren a la ayuda de las clínicas para diagnosticar cuál puede ser el problema que dificulta el embarazo y comenzar el tratamiento más oportuno para lograrlo.

En la actualidad, los tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV), en los que se fecundan los óvulos de la paciente con una muestra de semen de su pareja (si la tiene) o bien de un donante anónimo, ofrecen en la actualidad elevadas tasas de éxito. Sin embargo, puede ocurrir que, después de que el embrión seleccionado sea transferido al útero de la paciente, no consiga implantar y no dé lugar al embarazo. Las causas por las que esto puede llegar a suceder son muy diversas. Os las explicamos a continuación.

¿Qué son los fallos de implantación?
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Cuando nos encontramos ante un posible fallo de implantación, es importante entender que no sólo los factores relacionados con el propio embrión pueden afectar a que esto suceda. También encontramos circunstancias en la propia paciente que impiden que tenga lugar la correcta implantación del embrión.

Para explicaros las posibles causas de los fallos de implantación, vamos a diferenciar las causas que se asocian con el propio embrión y aquellas relacionadas con la paciente.

  • Fallo de implantación por causas embrionarias:

Cuando el fallo se asocia con alguna clase de problema en el embrión, lo más frecuente es que se deba a alguna alteración genética, que aparezca en forma espontánea en el embrión o bien que tengan su origen en alguno de los progenitores.

En este sentido, y más si alguno o los dos miembros de la pareja están cerca o superan los 40 años, es recomendable la realización de un análisis genético de los embriones como parte de un tratamiento de Fecundación in Vitro. De esta manera, es posible seleccionar sólo aquellos embriones libres de cualquier alteración cromosómica y aumentar las posibilidades de lograr el embarazo y el nacimiento del bebé sano.

  • Fallo de implantación por problemas relacionados con la paciente:

Cuando las causas que impiden la adhesión del embrión dentro del útero de la paciente se deben a causas relacionadas con la propia mujer, encontramos un abanico mayor que pueden dar lugar a este fallo de implantación. Desde problemas endometriales, malformaciones uterinas o, incluso, por causas inmunológicas que hagan inviable que el embrión implante.

Las causas maternas más comunes son:

  • Alteraciones anatómicas:

Puede darse la situación en la que la paciente presente algún tipo de mioma, de pólipo o de malformación que afecten a la cavidad endometrial y, por tanto, dificulten la implantación del embrión. También, la paciente puede presentar alguna clase de daño en las trompas que afecten indirectamente al embrión, como ocurre cuando existe hidrosalpinx.

  • Problemas endometriales:

Como hemos mencionado antes, el endometrio no siempre se encuentra preparado para que el embrión implante, lo cual sucede durante unos días determinados dentro del ciclo mensual.

El periodo de tiempo en el que el endometrio es receptivo es la llamada “ventana de implantación” y debe coincidir en el momento en el que se transfiere el embrión. En la actualidad, contamos con pruebas que nos permiten conocer cuál es la ventana de implantación de una paciente y así realizar la transferencia del embrión, dentro de un tratamiento de Fecundación in Vitro, en el día más conveniente.

  • Alteraciones inmunológicas:

Puede darse la situación en la que sea nuestro organismo quien esté provocando una reacción inflamatoria que rechace la implantación del embrión. Esto puede suceder debido a endometritis crónica o en casos en los que nuestro organismo reacciona ante el embrión como si éste fuera un “cuerpo extraño”, por ejemplo, en pacientes que presentan signos de autoinmunidad, con alteraciones en sus mecanismos de defensa.

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