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La edad media a la que las mujeres tienen hoy su primer hijo está en torno a los 32 años, pero muchas retrasan aún más ese momento.

La medicina nos permite enfrentarnos a nuestro reloj biológico, pero ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Es hoy más difícil que antes tener hijos?

El reloj biológico no perdona y la vida continúa

Según los datos de la Encuesta sobre fecundidad, familia y valores, publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), seis de cada diez mujeres españolas creen que tener un hijo supone un obstáculo para su desarrollo profesional y, en consecuencia, deciden dejar la decisión para después de los 35 años.

Pero mientras se lo piensan…el reloj biológico no perdona y la vida continúa: el descenso del número de óvulos se acelera a partir de los 35 y la fertilidad disminuye hasta en un 30 por ciento; a partir de los 40 este porcentaje desciende a más de un 63 por ciento.

Por tanto, las mujeres que retrasan mucho su maternidad corren el riesgo de no lograr el embarazo cuando ya lo deseen.

La anticoncepción fue un gran paso para las mujeres ya que permitió no embarazarse cuando no se deseaba. Pero ha generado una falsa idea y es que uno puede tener un hijo cuando quiera.

Desde un punto de vista biológico, los mejores años para procrear coinciden con aquellos que, cada vez más, dedicamos al progreso profesional o al disfrute de la vida.

Es una elección que puede tener consecuencias. Nadie conoce a ciencia cierta cómo declina la fertilidad. Lo hace, pero los factores que influyen pueden ser diversos: edad, problemas de salud, características personales, frecuencia de las relaciones sexuales…

 

Soluciones para retrasar tu maternidad y asegurar tu embarazo

Si bien la medicina puede ayudar a preservar la fertilidad, a través de la vitrificación de óvulos, las consecuencias de una maternidad tardía tanto para la madre como para el futuro bebé son otra historia en la que no siempre se piensa.

 

Las mujeres que deciden retrasar la edad a la que son madres pueden tener que hacer frente a:
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  • Más riesgo de aborto en el primer trimestre. Según diferentes estudios, a partir de los 38 años el riesgo se eleva hasta un 40 por ciento, frente al 20 por ciento que se observa en mujeres jóvenes.
  • Mayor riesgo de padecer diabetes gestacional, hipertensión, problemas circulatorios – varices, hemorroides– y anemia, aunque estos trastornos sean controlables con un buen seguimiento por parte del ginecólogo.
  • Más complicaciones durante el parto y cesáreas, sobre todo si se trata del primer hijo. La razón es que a partir de los 35 años los tejidos han perdido elasticidad, con lo cual la dilatación es más larga y difícil y la expulsión más lenta.
  • A partir de los 35 años la probabilidad de lograr el embarazo mediante FIV disminuye.
  • El padre también cuenta. Aunque la utilización de óvulos de donante o la vitrificación eliminan el riesgo de alteraciones cromosómicas debidas a la edad, no hay que olvidar que las madres añosas suelen tener hijos de padres añosos, lo que también eleva el riesgo de anomalías genéticas.

 

 

Las ventajas de retrasar la maternidad

La maternidad tardía puede verse favorecida por una serie de elementos propios, precisamente, de una mayor edad, como son una estabilidad profesional, y un estatus económico superior, el compromiso en la relación de pareja, la madurez, la seguridad personal, la responsabilidad en las decisiones y en los proyectos, y sobre todo, una gran motivación para la maternidad.

¿Hay riesgo psicológico en la maternidad tardía?

Ahora bien, la maternidad tardía está asociada a algunas desventajas psicosociales o dificultades como frustración y desgaste por la lucha frente a la infertilidad, que acostumbra a estar presente en muchos de los casos y que suele comportar la renuncia a tener una familia más numerosa, menos soporte del entorno inmediato para la crianza (los abuelos son muy mayores, las amigas tienen hijos de edad más avanzada), menos resistencia física y energía para el cuidado del hijo.

El estigma social de parecer «demasiado mayor» como madre o padre para los demás, es un temor muy habitual que acompaña al principio, pero que acostumbra a difuminarse bastante rápido, primero por la ilusión expresada por el entorno al conocer la noticia del embarazo, y después por la realidad vivida, puesto que cada vez son más las parejas que tienen hijos en la misma franja de edad.

 

Si te ves reflejada en este artículo, consúltanos.

En HC Fertility estamos en la vanguardia técnica y contamos con un equipo excelentes profesionales, médicos y embriólogos, con dilatada experiencia que estudia cada caso de forma personalizada para asesorar a los pacientes en la decisión de crio-preservar sus óvulos o embriones.

Contamos también con una Unidad de Apoyo Psicológico con profesionales preparados y especializados, y proporcionamos un ambiente libre de estrés, confortable y moderno para ayudar a los pacientes a sentirse lo más cómodos posible.

Fuentes: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) / INE / HC Marbella Fertility Center.

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