16 enero, 2018
Implantación, la fase más delicada y misteriosa del embarazo.
Sólo anidan naturalmente el 30% de los embriones.
La implantación embrionaria es uno de los mayores misterios del embarazo. Si fracasa, no hay gestación posible. Aunque el organismo materno sea capaz de liberar un óvulo maduro. Aunque se produzca el milagro de la fecundación. Aunque el embrión viaje sin problemas por la trompa de Falopio hasta el endometrio…, no hay nada que hacer si el embrión no logra anidar en la pared uterina. Y en cada fase fértil de la mujer sólo se implantan de forma natural un tercio de los embriones. Ese “enganche” del nuevo ser al cuerpo de su madre le dará alimento y cobijo unas 40 semanas.
“La implantación es una de las fases más difíciles y desconocidas del embarazo. Además, llegar a las 12 semanas de gestación no es tan sencillo. Una de cada ocho pacientes va a tener una pérdida del embarazo entre las primeras 8 y 10 semanas del embarazo”, indica el Dr. Luis García, Especialista en Ginecología y Obstetricia y Experto en reproducción asistida en HC HC Fertility.
El fallo de implantación se define como la no consecución de un embarazo viable tras tratamientos de FIV. Es decir, engloba tanto a aquellas pacientes que no gestan como aquellas que lo hacen, pero sufren un aborto temprano.
¿Cuándo se produce la implantación del embrión?
Para que el embrión anide en la pared uterina tiene que estar en fase de blastocisto, lo que supone que cuenta con más de 200 células. Su capa externa es el trofoectodermo – monocapa de células cohesionadas que restituyen la pared del blastocele o cavidad del blastocito y la masa celular interna (MCI) que origina el hipoblasto y epiblasto que darán lugar respectivamente a la vesícula vitelina y a los 3 linajes celulares: ectodermo, endodermo y mesodermo además del saco amniótico.
¿Y cómo se consigue el anclaje del embrión al útero materno?
El doctor Luis García describe el proceso: “El embrión, al crecer, logra romper su capa de protección. La parte más externa del mismo entra en contacto con el endometrio y empieza a invadirlo para absorber nutrientes”. Una implantación correcta significa que el embarazo empieza con buen pie. En los tratamientos de reproducción asistida, el embrión se transfiere a la cavidad endometrial por lo que se evita la bajada de embrión por la trompa de falopio y la mala implantación en dicha trompa.
¿Qué le puede pasar al embrión en el endometrio?
Pueden darse dos escenarios:
• Que el embrión anide naturalmente, algo que sólo se produce en el 30% de los casos.
• O quizá el embrión no anide finalmente y sea expulsado por el organismo materno. Entonces comienza la menstruación en la mujer y empieza otro nuevo ciclo.
¿Por qué ocurre el fallo de implantación embrionario?
Esta pregunta es todo un reto y un desafío, porque se desconocen muchos de los procesos que culminan con una correcta implantación embrionaria.
De entrada, hay que pensar en que la causa proviene no de 1 (la madre) sino de 3 pacientes: ella, él y el embrión.
Sí bien sabemos que algunas causas son maternas (enfermedades de coagulación, patologías autoinmunes, enfermedades del endometrio, como miomas o endometriosis) la mayoría son embrionarias y no siempre se pueden diagnosticar ni tratar satisfactoriamente, de ahí el elevado grado de incertidumbre y angustia del paciente cuando los médicos no somos capaces de encontrarla.
No obstante, en los últimos años se han hecho grandes progresos en este campo, especialmente los análisis genéticos específicos, que nos permiten diseñar el tratamiento más adecuado para los pacientes. Dado que el problema depende de 3 protagonistas fundamentales, la mujer, el varón y el embrión, se estudiarán independientemente a cada uno con el fin de diagnosticar y tratar con la máxima fiabilidad.
El análisis uterino merece un especial interés, pues es ahí donde el embrión anidará y tendrá que desarrollarse. Es importante detectar posibles alteraciones en el útero que causen problemas de implantación o abortos de repetición. Histeroscopia Diagnóstica, el scratching o “raspado” endometrial, la biopsia del endometrio y el análisis de contractibilidad uterina previo a la transferencia, son algunas de las herramientas para facilitar la anidación.
¿Qué pueden hacer las mujeres para ayudar a la implantación embrionaria?
“Creemos que las embarazadas –explica el Dr. Luis García – tienen que hacer vida normal en estos primeros momentos de la gestación. Es importante llevar una vida sana y trabajar el estrés”.
La sociedad americana de reproducción asistida recomienda a las mujeres que practiquen técnicas de meditación y de relajación, para mejorar la receptividad del útero. Porque se ha demostrado que el estrés puede provocar pequeñas contracciones en el útero, que no siempre notamos, y las contracciones uterinas rebajan la posibilidad de que un embrión de implante correctamente.
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