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Hoy en día, seguro que todos tenemos allegados o familiares que han recurrido a la reproducción asistida para lograr su embarazo. Incluso, es muy probable que muchas de las que estáis leyendo estas líneas hayáis pasado por un tratamiento o estéis pensando visitar a un especialista.

Para haceros una idea de la importancia que la Medicina Reproductiva tiene en la actualidad, según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Fertilidad, un 10% de los niños presentes en un aula escolar española han nacido gracias a la reproducción asistida.

¿Podemos, entonces, hablar de un aumento en el caso de pacientes que recurren a la reproducción asistida?

Estamos seguros de que la ciencia y la investigación aplicadas a la reproducción permiten diagnosticar patologías o afecciones que hace unos años tal vez pasaban más desapercibidas. La endometriosis, las oclusiones tubarias por infecciones de la pelvis, o el retraso en la edad de búsqueda del primer hijo, son algunos de los factores que ayudan a explicar el aumento de pacientes que recurren a las clínicas especializadas para lograr su embarazo.

¿Cuáles son los principales tratamientos de reproducción asistida?
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En HC Fertility apostamos siempre por la personalización de los tratamientos. Para nosotros, cada paciente es única y debe ser evaluada como tal, realizar las pruebas necesarias que nos permitan evaluar el estado de su fertilidad para determinar el tratamiento adecuado y personalizarlo en base al diagnóstico.

En cuanto a los tratamientos, si nos referimos a aquellos que se realizan con óvulos propios, los tratamientos más comunes son la Inseminación Artificial y la Fecundación in Vitro.

La Inseminación Artificial es uno de los procesos más sencillos dentro de la Reproducción Asistida y consisteen depositar una muestra de semen de su pareja (o de donante en el caso de mujeres sin pareja masculina), debidamente preparada, en el útero de la mujer. Por lo general, está indicada para casos de infertilidad idiopática (infertilidad de causa desconocida) o de un factor leve como puede ser la simple falta de ovulación o alteraciones mínimas de algunos parámetros del semen.

La Fecundación in Vitro (FIV), por otro lado, tiene como finalidad mejorar el proceso de fertilización. Para ello, se extraen los óvulos de los ovarios y se fecundan en nuestros laboratorios con espermatozoides de su pareja o de un donante según sea el caso, para obtener los embriones que se introducirán en el útero de la mujer cuando hayan alcanzado el estado de blastocisto. Esta técnica está indicada en muy diversas circunstancias, pero sobre todo cuando encontramos patologías que impiden que el espermatozoide llegue al óvulo y lo fertilice. Esto puede ser por ejemplo, debido a un bloqueo o daño en las Trompas de Falopio, algunos casos de endometriosis sin logro de embarazo tras tratamiento médico o quirúrgico, o en aquellos casos de disfunción ovárica, en donde sólo inducir la ovulación no es suficiente para lograr el embarazo.

Asimismo, está indicada para aquellas parejas en las que el hombre tiene una infertilidad moderada debido a alguna alteración en el número, movilidad o morfología de los espermatozoides, o para parejas que tengan infertilidad de causa desconocida y que por alguna causa la inseminación artificial no sea efectiva.

Tratamientos con donación de ovocitos
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En ocasiones nos encontramos con casos de pacientes en los que no es posible lograr el embarazo con sus propios óvulos o semen. En el caso de las mujeres, este hecho está muy relacionado con su edad.

Cuando ésto sucede, los pacientes pueden plantearse realizar los tratamientos con óvulos y semen de donantes anónimos. En este caso, los tratamientos son iguales con la diferencia de la utilización de estos gametos donados en lugar de los propios.

Es importante destacar que estos tratamientos obtienen unas tasas de éxito muy elevadas puesto que se garantiza la calidad tanto de los óvulos como de los espermatozoides y, por tanto, las posibilidades de lograr el embarazo son muy altas.

Preservación de la fertilidad, una garantía para buscar el embarazo en el futuro.
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Como habéis visto, la reproducción asistida reúne un conjunto de técnicas que, siempre en base al diagnóstico realizado por los especialistas, permiten que muchas parejas logren su embarazo.

Por otro lado, cada vez recibimos en HC Fertility más visitas de mujeres que, pese a tener la determinación de querer ser madre, consideran que aún no ha llegado su momento y quieren retrasar el momento de su embarazo. La vitrificación de óvulos permite preservar su fertilidad hasta que decidan que ha llegado ese momento.

Ya sabéis que la fertilidad de la mujer comienza a descender con los años. Esto es, según avanza la edad de la mujer, tanto la cantidad como la calidad de sus óvulos comienza a descender, siendo bastante notable a partir de los 36 o 37 años y muy acusada a partir de los 40, teniendo entonces muy pocas opciones de lograr el embarazo de forma natural.

Con la preservación de la fertilidad, las mujeres pueden vitrificar sus óvulos, por ejemplo, a los 32 años, cuando todavía tienen buena calidad y, de esta forma, tener la posibilidad de buscar embarazo en un futuro teniendo las mismas probabilidades que hubieran tenido si lo hacían a los 32. La congelación de los óvulos los mantiene por tiempo indefinido en las mismas condiciones que cuando fueron congelados.

¿Reproducción asistida también para pacientes que no tienen problemas de fertilidad?
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Por lo general, siempre asociamos reproducción asistida con problemas relacionados con la fertilidad. Está claro que es así en la mayoría de los casos que tratamos en HC Fertility, pero no debemos olvidar que, la reproducción asistida es la llave que permite que tanto las parejas formadas por dos mujeres como las que se plantean la maternidad sin tener pareja puedan cumplir su sueño de formar una familia y conseguir su embarazo, sin que necesariamente implique que tienen una alteración de su fertilidad. Estas mujeres, en muchas ocasiones, no tienen ningún problema ginecológico, o al menos ningún problema diferente a los que puede presentar cualquier mujer. Simplemente, necesitan recurrir a la reproducción asistida para iniciar un tratamiento en el que podamos fecundar sus óvulos con una muestra de semen de un donante para obtener los embriones que les serán luego transferidos. El número de mujeres sin pareja masculina ha aumentado de forma considerable en los últimos 10 años, y gracias a la reproducción asistida se han podido formar muchas familias de una forma responsable y sin correr riesgos innecesarios.

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